UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA DE MEDICINA
CARRERA DE MEDICINA
ALEXANDRA DÍAZ
SEMESTRE: PRIMERO
PARALELO: B
TEMA: ESQUIZOFRENIA
Comprender los principios generales que rigen el curso, desarrollo y
evolución de la enfermedad, así como si incidencia en la sociedad como un
problema de interés colectivo.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Determinar de manera práctica los principales efectos psico-sociales de la enfermedad, su grado de incidencia en la comunidad y las posibles soluciones.
- Comprender la enfermedad desde un punto de vista clínico, su sintomatología así como la importancia del diagnóstico temprano de la enfermedad.
- Organizar de una manera conceptual la percepción mundial alrededor de la patología desde un modelo de desarrollo funcional.
Ø DESARROLLO
ESQUIZOFRENIA
CONCEPTO:
La esquizofrenia es un trastorno mental
grave caracterizado por una perdida de contacto con la realidad, alucinaciones,
delirios, pensamiento anormal y alteración del funcionamiento social y
laboral.
La esquizofrenia es un problema de
salud pública de primera magnitud en todo el mundo. La prevalencia de la
esquizofrenia en el mundo parece ser algo menor del uno por ciento aunque se
han identificado zonas de mayor o menor prevalencia.
La esquizofrenia tiene una mayor
prevalencia que la enfermedad de Alzheimer, la diabetes o la esclerosis múltiple.
ETIMOLOGIA:
La esquizofrenia (del griego clásico schizein ‘dividir, escindir, hendir, romper’ y phrēn, ‘entendimiento, razón, mente’) es un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad. La esquizofrenia causa además una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.
ETIOLOGÍA.-
La causa
de la esquizofrenia permanece desconocida, y posiblemente no sea única. Lo más
probable es que varios factores intervengan en su aparición, tal como el estrés
ambiental, y ciertas condiciones psicosociales. Aunque múltiples
investigaciones apuntan a un origen orgánico del trastorno, todavía se carece
de un modelo consensual que explique su variada sintomatología clínica, por lo
cual se clasifica dentro de los «trastornos funcionales» y no puramente «orgánicos»,
como la enfermedad de Alzheimer.
FACTORES DE RIESGO.-
GENÉTICOS:
Diversos
estudios han demostrado la influencia de
factores genéticos en la herencia de la esquizofrenia como lo demuestra
la tabla:
Población
|
Prevalencia (%)
|
Población general
|
1
|
Hermano de esquizofrénico (no gemelo)
|
8
|
Hijo de un padre esquizofrénico
|
12
|
Hijo de los dos padres esquizofrénicos
|
40
|
Gemelo monocigóto de esquizofrénico
|
47
|
Aunque más de la mitad de los cromosomas se han visto
asociados a algún aspecto de la etiología de la enfermedad los más frecuentes
implicados han sido el brazo largo de los cromosomas 5, 6,11
y 18; el brazo corto de cromosoma 19 y el cromosoma x. se cree que debido al
hecho de que la esquizofrenia es tan heterogénea su etiología debe debe ser
multifactorial por lo que la transmisión por medio de un gen único explicara solamente una pequeña
fracción de los casos.
BIOLÓGICOS:
La explicación fisiopatológica mas estudiada en la
esquizofrenia es la llamada hipótesis dopaminérgica la cual plantea que los síntomas de la
enfermedad se deben a una hiperactividad del sistema de la dopamina.
PSICONEUROINMUNOLOGICOS:
Se ha encontrado un descenso en la producción de
interleukina-2 de las células T numero reducido de linfocitos y anticuerpos
anti cerebrales.
·
Las personas con traumas psicóticos, las que han sido o son victimas de abusos, las
que consumen drogas y las personas que tiene una herencia familiar de esquizofrenia, pueden sufrirla.
FISIOPATOLOGÍA:
La sustancia P es la primera
sustancia neuroactiva que se propone como neurotransmisor. En cuanto a las
propiedades farmacológicas de la sustancia P, se demostraron al comprobar que
presentaban propiedades hipotensoras potentes que no eran bloqueadas por la
atropina. Posteriormente, fue identificada como el primer neuropéptido activo y
se propuso como neurotransmisor.
Se ha visto que una serie de mecanismos
psicológicos están implicados en el desarrollo y el mantenimiento de la
esquizofrenia. Los últimos hallazgos indican que muchas personas
diagnosticadas con esquizofrenia son emocionalmente muy sensibles,
especialmente frente a estímulos negativos o estresantes, y que esa
vulnerabilidad puede causar sensibilidad a los síntomas o al trastorno. Algunos
datos indican que el contenido de las creencias delirantes y experiencias psicóticas
pueden reflejar causas emocionales de la enfermedad, y que la forma en que una
persona interpreta esas experiencias puede influir en la sintomatología.
Anormalidades de la neurotransmisión
Dopamina
La tomografía por emisión de positrones
(TEP) en el momento de una tarea de memoria indica que cuanto menos se aceleran
los lóbulos frontales, más observamos un aumento anormal de actividad de la dopamina
en el striatum estaría relacionada a los
déficits cognitivos de un paciente con esquizofrenia.
Se ha prestado atención especial al papel
de la dopamina en las neuronas de la vía mesolímbica del cerebro. La dopamina
se ha implicado desde hace más tiempo que cualquier otra sustancia química en
los estudios de los neurotransmisores en la esquizofrenia. Este enfoque es el
resultado en gran medida del hallazgo accidental de que un medicamento que
bloquea el grupo funcional de la dopamina, conocido como las fenotiazinas, era
capaz de reducir los síntomas psicóticos del esquizofrénico. También se apoya
con el hecho de que las drogas psicotrópicas, como la cocaína y las
anfetaminas, provocan la liberación de la dopamina y suelen exacerbar los síntomas
psicóticos en la esquizofrenia. Una teoría influyente, conocida como la hipótesis
dopamina de la esquizofrenia, propone que el exceso de activación de los
receptores D2 es la causa de los síntomas positivos de la
esquizofrenia. Aunque se postuló la teoría durante unos 20 años, basada en el
bloqueo D2 (que es el efecto común de todos los antipsicóticos), no
fue sino hasta mediados de los años 1990 que estudios de imágenes provenientes
del TEP y TEPS proporcionaron pruebas en su favor, verificando un aumento de
receptores dopaminérgicos en esquizofrénicos.
Serotonina
Actualmente se piensa que la hipótesis
de la dopamina es excesivamente simplista debido a la aparición de fármacos
más nuevos llamados antipsicóticos atípicos, como la clozapina, pueden ser
igualmente eficaces que los antipsicóticos típicos, que son más antiguos. Los
antipsicóticos atípicos tienen la cualidad de afectar la función de la
serotonina y puede que tengan un efecto menor en el bloqueo de la dopamina.
Esto ha llevado a plantear la hipótesis serotoninérgica de la
esquizofrenia, en la que se presume que este neurotransmisor también juega un
papel importante en su afección. Las hipótesis propuestas para explicar el
papel de la serotonina en la esquizofrenia hacen referencia a alteraciones en
la función de la serotonina durante el desarrollo del sistema nervioso central,
la activación de la corteza prefrontal por medio de un receptor 5HT2A
que está alterado, o bien a una interacción aberrada entre la dopamina y la
serotonina.
Glutamato
También se ha notado gran interés en el
neurotransmisor glutamato y la reducción de la función de los receptores de
glutamato NMDA en la esquizofrenia. Esto ha sido sugerido por los niveles
anormalmente bajos de receptores de glutamato en cerebros postmortem de
personas previamente diagnosticadas con esquizofrenia y el descubrimiento de
que las drogas bloqueadoras el glutamato, como la fenciclidina y ketamina,
pueden simular los síntomas y los problemas cognitivos asociados con la
enfermedad. El hecho de que la reducción en la actividad del
glutamato esté vinculada con los malos resultados en pruebas que requieren la
función del lóbulo frontal y el hipocampo, y que la acción del glutamato puede
afectar la función de la dopamina (todos los cuales han estado implicados en la
esquizofrenia), ha sugerido una mediación importante, y posiblemente causal,
del papel del glutamato en la patogenia de la esquizofrenia. Sin embargo, los síntomas
positivos no ceden con medicamentos glutamatérgicos
En la esquizofrenia se produciría una desregulación del sistema mesolímbico con
hiperdopaminergia independiente de cualquier estimulo, y/o inapropiada para el
contexto. De esta manera el sistema se convierte en creador (en vez de
mediatizador) de novedad y le atribuye una preponderancia o realce aberrante,
en forma persistente, tanto a estímulos externos irrelevantes como a
representaciones internas, dejando al paciente perplejo (pródromo).
Los síntomas negativos de la esquizofrenia se
relacionan con una disminución de dopamina en corteza prefrontal. En esta acción
estarían involucradros los receptores D, acoplados a Gs, por lo que la acción
de la dopamina sobre el mismo provoca un aumento del AMPc y activación de proteín
kinasas como la PKA, que terminan fosforilando al CREB, e interviene en la fase
tardía del LTP, principal base neurofisiológica relacionada con aprendizaje y
memoria. Las alteraciones cognitivas y los síntomas negativos de la
esquizofrenia estarían relacionados con esta hipodopaminergia, la cual es
empeorada por los antipsicóticos clásicos o típicos, a través del bloqueo del
receptor D.
Muchos trabajos avalan que los antipsicóticos atípicos
aumentan la liberación de dopamina y acetil colina en corteza prefrontal y esto
estaría modulado en parte por su acción serotonérgica y no se relacionaría con
su bloqueo D. En esto jugaría un importante papel el agonismo parcial 5-HT1A2,
aunque algunos autores también involucran al bloqueo del receptor 5HT2, y del
receptor adrenérgico.
Para finalizar, en la actualidad se están
desarrollando fármacos antagonistas D2, como por ejemplo la stepholidina y
otros que son antagonistas D2.
La evidencia
neurohistológica, neuropsicológica y genética, sugiere que la esquizofrenia
resulta de cambios patológicos en la organización cerebral, a nivel de los lóbulos
frontales y temporales y en los ganglios de la base. Estos cambios podrían
deberse a defectos genéticos en la codificación de ciertas estructuras anatómicas,
o a daños congénitos causados, por ejemplo, por un retrovirus. Entre los
mensajeros neuroquímicos, la dopamina ha sido señalado como la candidato más
probable. Se sugiere que hay un estado hiperdopaminérgico que refleja
probablemente un aumento en la sensibilidad de los receptores D2. Evidencia en
favor de esta hipótesis se ha obtenido de tres esferas distintas: estudios
post-morten de ligazón de substancias radiactivas al cerebro de esquizofrénicos
(que muestran un aumento en afinidad que probablemente refleje un aumento en el
número de receptores); el uso de marcadores comportamentales, tales como el
parpadeo espontáneo que refleja el estado del receptor dopaminérgico (que
muestra que está aumentado en el esquizofrénico, así como disminuyendo en el
enfermo con Parkinson), y la farmacología misma de las substancias neurolépticas
(que muestra que estos fármacos actúan bloqueando los receptores dopaminérgicos).
Existe, también, cierta evidencia de una asociación entre los genes que
codifican los receptores D2 y D3 y la esquizofrenia.
La fisiopatología
de la esquizofrenia, es decir lo que pasa entre los receptores y los síntomas,
continúa siendo un misterio; por ejemplo, ni siquiera se sabe cómo el cerebro
genera alucinaciones y delusiones. Hay evidencia, sin embargo, que tanto
lesiones vasculares en el lóbulo temporal como la estimulación eléctrica de
estructuras límbicas, dan lugar a delusiones pasajeras y a alucinaciones acompañadas
a veces de convicción de realidad. Estas correlaciones explican la presencia de
cuadros psicóticos en la epilepsia del lóbulo temporal, pero no está claro si
también lo hacen con la sintomatología de la psicosis en general. Durante los últimos
años, y siguiendo estas pesquisas, se ha sugerido que mientras los síntomas positivos
están relacionados a patología del lóbulo temporal los negativos encuentran su
asiento en el frontal.
La
esquizofrenia es una enfermedad cerebral multifactorial y multigenética. Esto
quiere decir que un conjunto de genes crea, a través de trastornos en la
organización neuronal, una vulnerabilidad seria que puede rápidamente
expresarse ante la presencia de gatillos ambientales. Aun cuando los genes
específicos no se han identificado, la evidencia proveniente del estudio genético
de mellizos univitelinos, familias e hijos adoptados, es clara. En el caso de
gemelos, el factor genético se expresaría en el hallazgo de una concordancia
(es decir, en el hecho que ambos mellizos univitelinos criados aparte desde
el nacimiento muestren la enfermedad) significativamente más alta que lo que se
esperaría por una asociación al azar. La concordancia en univitelinos oscila
entre 30 y 50%, mientras que en mellizos bivitelinos (que comparten menos
genes) es de cerca del 12%. Por otro lado, los estudios de familias muestran
que mientras que en la población general el riesgo de vida es de 0,9%, en los
parientes de primer grado de sujetos con esquizofrenia sube al 10%, índice aún
más alto en familias con varios miembros con la enfermedad. El riesgo de
desarrollar esquizofrenia cuando un progenitor tiene la enfermedad es de 16%; y
cuando los dos la sufren, de más de 40%.
Que de alguna
manera marca la futura evolución del cuadro clínico que caracterizara por recaídas
intermitentes con déficit mayor o menor entre cada recaída (en el caso del
inicio agudo), o bien por presentar una agravación constante sin recuperación
entre los brotes (en el caso del inicio insidioso). Hacia los 40 años se
estabiliza la enfermedad con las secuelas sociales secundarias que ya se hayan
producido El tratamiento actual de la esquizofrenia permite una evolución mucho
mejor que la que fue hasta hace unas pocas décadas, gracias al abordaje terapéutico
tanto con psicofármacos como por el tratamiento psicosocial que se puede
practicar cuando se dispone de los medios adecuados.
La evolución de
la esquizofrenia hoy día puede ser aproximadamente como sigue:
1) 20 - 25 %
presentaran a corto plazo una evolución favorable
Unos por remisión
espontánea
b) Otros porque
después de una hospitalización se producirá una "restitutio ad
integrum" del proceso
c) Y los últimos
por conseguir una adaptación social suficientemente satisfactoria sin necesidad
de ningún tratamiento de sostén
2) 50 - 60 % de
los pacientes gracias a la medicación neuroléptica continua, no presentaran prácticamente
sintomatología alguna, con desaparición total de la sintomatología aguda, y
llevaran una vida estabilizada fuera del medio hospitalario.
Con las técnicas
psicoeducativas, para conseguir el re-aprendizaje de habilidades sociales,
junto a técnicas de soporte familiar se consigue evitar la hospitalización en
la mayoría de los casos.
EPIDEMIOLOGÍA:
La prevalencia de la vida de la esquizofrenia
es del 0,5 al 1,5 % en todo el
mundo y se presenta igualmente tanto en los hombres como mujeres aunque la edad
de inicio mes generalmente mas temprana en los hombres (entre los 15 y los 25 años,
mientras que en las mujeres esta entre los 25 y 35 años).
Se encuentra con mayor frecuencia en las clases sociales
bajas; un hallazgo que probablemente se
debe a descenso social que producen los
síntomas negativos.
La depresión secundaria a un episodio esquizofrénico
productivo (distante hace ya un año), se asocia a un pronóstico menos favorable
con mayor índice de recaídas. La asociación de
neurolépticos con antidepresivos puede ser de utilidad, si ella es usada de
manera alejada al episodio agudo. Por el contrario, pretender tratar con la
combinación los síntomas negativos o deficitarios de la esquizofrenia, puede
agravar la enfermedad.
El
porcentaje de depresión secundaria en pacientes esquizofrénicos varía entre 7 y
70 %, con un valor medio del 25 %.
Valor importante dado el alto índice de muerte por suicidios en esquizofrénicos
(10 %).Se cree que la esquizofrenia afecta principalmente a la cognición, pero
también suele contribuir a la aparición de problemas crónicos de comportamiento
y emoción. Las personas con esquizofrenia pueden tener trastornos adicionales,
incluyendo depresión y trastornos de ansiedad.10 Aproximadamente el 40% de los
pacientes esquizofrénicos han consumido drogas al menos en una ocasión durante
sus vidas. Ciertos problemas sociales, tales como el desempleo de larga duración,
la pobreza y la falta de vivienda, son frecuentes en estos pacientes.
Los primeros indicios de esquizofrenia probablemente pasan desapercibidos por la familia y los amigos. Las personas que sufren de esquizofrenia muchas veces exhiben uno o más de los siguientes síntomas, durante las primeras etapas de la enfermedad: prolongada sensación de tensión; falta de sueño; mala concentración; aislamiento social y/o cambio en la personalidad.
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pasan a ser más intensos y extraños. La persona se comporta en forma peculiar, habla de cosas sin sentido y tiene percepciones inusuales. Estos síntomas más graves son motivo para solicitar tratamiento.
Los delirios son creencias inusuales no basadas en la realidad. Por ejemplo, las personas que sufren de esquizofrenia pueden creer que alguien puede escuchar sus pensamientos o controlar sus sentimientos, acciones o impulsos.
Las alucinaciones son distorsiones de los sentidos. Las alucinaciones auditivas hacen que las personas escuchen sonidos inexistentes. Las alucinaciones visuales hacen que las personas vean cosas que no están allí. Las alucinaciones táctiles son sensaciones sin causa, como sentir comezón o que le quema la piel. También existen las alucinaciones olfatorias, que son oler olores inexistentes.
Las preocupaciones son pensamientos que, en la mente de la persona enferma, son más importantes de lo normal. El mismo pensamiento se repite a menudo y puede convertirse en irreal. Esto puede incluir una preocupación de salud o de "hacer lo correcto".
El pensar desordenadamente interfiere con la planificación, motivación y comunicación. Por ejemplo, una persona puede utilizar palabras sin sentido, o saltar de un pensamiento a otro no relacionado. El aislamiento social hace que la persona esquizofrénica se recluya. Esto puede darse debido a una intolerancia a estar entre multitudes, reuniones pequeñas e inclusive con sólo otra persona.
La falta de motivación y emoción, así como también la apatía, son síntomas muy difíciles de aceptar por los miembros de las familias de los enfermos. Muy pocas personas experimentan todos estos síntomas a la vez. Algunos pueden manifestarse durante la fase de remisión y pueden agravarse durante la etapa más activa de la enfermedad.
SINTOMATOLOGÍA.-
El cuadro clínico de la esquizofrenia es muy variable y
cambia con el tiempo. No existen
síntomas patognomónicos de esquizofrenia. Estos pueden dividirse en positivos y
negativos. Los primeros reflejan una
actividad mental aberrante que muestran que el paciente es capaz de producir
una sintomatología evidente (alucinaciones, ideas delirantes o comportamiento
agresivo). Los negativos reflejan una
deficiencia en la función mental (alogia, embotamiento afectivo, anhedonia,
apatía o aislamiento social).
Las ideas delirantes son muy frecuentes en los episodios
psicóticos de la esquizofrenia y reflejan el trastorno de pensamiento
fundamental para hacer el diagnóstico. Los temas delirantes en la esquizofrenia son muy variados pero en
la mayoría de los casos se encuentran delirios persecutorios,
místico-religiosos, de grandeza o somáticos. Son muy típicas de la
esquizofrenia las ideas delirantes de robo, eco y transmisión del pensamiento.
De la misma manera frecuentemente se presentan alucinaciones
generalmente complejas o estructuradas, dentro de las cuales las más regulares
son las auditivas; en forma de voces, seguidas por las visuales y las táctiles.
Los primeros indicios de esquizofrenia probablemente pasan
desapercibidos por la familia y los amigos. Las personas que sufren de
esquizofrenia muchas veces exhiben uno o más de los siguientes síntomas,
durante las primeras etapas de la enfermedad: prolongada sensación de tensión;
falta de sueño; mala concentración; aislamiento social y/o cambio en la personalidad.
Los primeros indicios de esquizofrenia probablemente pasan desapercibidos por la familia y los amigos. Las personas que sufren de esquizofrenia muchas veces exhiben uno o más de los siguientes síntomas, durante las primeras etapas de la enfermedad: prolongada sensación de tensión; falta de sueño; mala concentración; aislamiento social y/o cambio en la personalidad.
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pasan a ser más intensos y extraños. La persona se comporta en forma peculiar, habla de cosas sin sentido y tiene percepciones inusuales. Estos síntomas más graves son motivo para solicitar tratamiento.
Los delirios son creencias inusuales no basadas en la realidad. Por ejemplo, las personas que sufren de esquizofrenia pueden creer que alguien puede escuchar sus pensamientos o controlar sus sentimientos, acciones o impulsos.
Las alucinaciones son distorsiones de los sentidos. Las alucinaciones auditivas hacen que las personas escuchen sonidos inexistentes. Las alucinaciones visuales hacen que las personas vean cosas que no están allí. Las alucinaciones táctiles son sensaciones sin causa, como sentir comezón o que le quema la piel. También existen las alucinaciones olfatorias, que son oler olores inexistentes.
Las preocupaciones son pensamientos que, en la mente de la persona enferma, son más importantes de lo normal. El mismo pensamiento se repite a menudo y puede convertirse en irreal. Esto puede incluir una preocupación de salud o de "hacer lo correcto".
El pensar desordenadamente interfiere con la planificación, motivación y comunicación. Por ejemplo, una persona puede utilizar palabras sin sentido, o saltar de un pensamiento a otro no relacionado. El aislamiento social hace que la persona esquizofrénica se recluya. Esto puede darse debido a una intolerancia a estar entre multitudes, reuniones pequeñas e inclusive con sólo otra persona.
La falta de motivación y emoción, así como también la apatía, son síntomas muy difíciles de aceptar por los miembros de las familias de los enfermos. Muy pocas personas experimentan todos estos síntomas a la vez. Algunos pueden manifestarse durante la fase de remisión y pueden agravarse durante la etapa más activa de la enfermedad.
Síntomas
positivos
Alucinaciones
severas: auditivas, visuales y olfatorias
Delirio
de persecución
Pensamiento
incoherente
Comportamiento
desorganizado
No
se presentan anormalidades anatómicas encefálicas
Los
síntomas son reversibles por tratamiento farmacológico.
Síntomas Negativos
Contenido
pobre en el habla
Asociabilidad
Apatía
Impersistencia
en la escuela o en el trabajo
Dificultad
de atención
Se
presentan anormalidades anatómicas encefálicas
Los
síntomas son difícilmente revertidos por tratamiento farmacológico.
TIPOS
DE ESQUIZOFRENIA:
Algunos investigadores creen que la esquizofrenia es un trastorno aislado mientras que otros creen que es un síndrome basado en numerosas
enfermedades subyacentes y se han
propuesto subtipos de esquizofrenia tales como:
- Tipo paranoide: Se caracteriza por una preocupación por delirios o alucinaciones auditivas la expresión desorganizada y las emociones inadecuadas están menos marcadas.
- Tipo desorganizado o hebefrénica: Se caracteriza por expresión desorganizada comportamiento desorganizado y emociones disminuidas o inapropiadas.
- Tipo catatónico: Se caracteriza por síntomas físicos como la inmovilidad la actividad motora excesiva o la adopción de posturas inhabituales.
- Tipo indiferenciado: Se caracteriza a menudo por la presencia de todos los grupos : delirios y alucinaciones, alteración del pensamiento y conducta inhabitual y síntomas negativos o por déficit.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS.-
No existen exámenes
médicos para diagnosticar la esquizofrenia. Un psiquiatra debe examinar al
paciente para hacer un diagnóstico. El diagnóstico se realiza con base en una
entrevista exhaustiva de la persona y los miembros de la familia. El médico hará
preguntas acerca de:
- Cuánto tiempo han durado los síntomas.
- Cómo ha cambiado la capacidad de la persona para desempeñarse.
- Antecedentes del desarrollo.
- Antecedentes genéticos y familiares.
- Qué tan bien han funcionado los medicamentos.
Las gammagrafías
del cerebro (como TC o RM) y exámenes de sangre pueden ayudar a descartar otros
trastornos que tienen síntomas similares a la esquizofrenia.
DIAGNÓSTICO.-
No existe una prueba diagnóstica definitiva para la
esquizofrenia. El psiquiatra realiza el diagnostico basándose en una evaluación
del historial del paciente y de su sintomatología.
Aunque en sentido estricto no se han identificado síntomas
patognómicos, ciertos fenómenos psicopatológicos tienen una significación
especial para el diagnostico de esquizofrenia, los cuales suelen presentarse
asociados entre sí. Estos son:
Ø Eco, robo, inserción
del pensamiento o difusión del mismo.
Ø Ideas delirantes de
ser controlado, de influencia o de pasividad, claramente referidas al cuerpo, a
los movimientos, de los miembros o a pensamientos o acciones o sensaciones
concretas y percepción delirante.
Ø Voces alucinatorias
que comentan la propia actividad, que discuten entre ellas sobre el enfermo u
otros tipos de voces alucinatorias que proceden de otra parte del cuerpo.
Ø Ideas delirantes
persistentes de otro tipo, que no son adecuadas a la cultura del individuo o
que son completamente imposibles, tales como la identidad religiosa o política,
capacidad y poderes sobrehumanos (por ejemplo, de ser capaz de controlar el
clima, de estar en comunicación con seres de otro mundo).
Ø Alucinaciones persistentes
de cualquier modalidad, cuando se acompañan de ideas delirantes no
estructuradas y fugaces sin contenido afectivo claro, o ideas sobrevaloradas
persistentes, o cuando se presentan a diario durante semanas, meses o
permanentemente.
Ø Bloqueos en el
curso del pensamiento que dan lugar a un lenguaje divagatorio, disgregado,
incoherente o lleno de neologismos.
Ø Manifestaciones
catatónicas, tales como excitación, posturas características o flexibilidad
cérea, negativismo, mutismo, estupor.
Ø Síntomas negativos
tales como apatía marcada, empobrecimiento del lenguaje, bloqueo o
incongruencia de la respuesta emocional. Debe quedar claro que estos síntomas
no se deban a depresión o a medicación neuroléptica.
Ø Cambio en la
conducta personal, que se manifiestan como pérdida de interés, falta de
objetivos, ociosidad, estar absorto y aislamiento social.
Con frecuencia se realizan análisis de laboratorio para
descartar el abuso de las sustancias tóxicas o un transtorno subyacente de tipo
endócrino o neurológico como por ejemplo los tumores cerebrales, la epilepsia
del lóbulo temporal, las enfermedades autoinmunes, la enfermedad de Huntington,
las enfermedades hepáticas y las reacciones adversas a los medicamentos.
Las personas con esquizofrenia tienen anormalidades
cerebrales que pueden ser vistas en una tomografía computarizada (TC) o en una
resonancia magnética (RM).
TRATAMIENTO.-
La
esquizofrenia es una enfermedad tratable y son tres las formas de tratamiento
que, combinadas, dan el mejor manejo del enfermo. Por un lado están los
tratamientos biológicos, tales como los psicofármacos y la terapia electroconvulsiva.
En segundo lugar están los tratamientos psicológicos, que incluyen terapias de
la conducta encauzadas al manejo de síntomas específicos; terapias
cognoscitivas y sistemas de economía de fichas (mucho menos frecuentes al
presente). Finalmente, los tratamientos sociales, en los cuales el énfasis está
en el uso de las estructuras grupales y administrativas de la sala donde el
enfermo se encuentra; la posibilidad que una alta emoción expresada en
ciertas familias lleve a recaídas o retarde la mejoría, ha llevado a ofrecer
tratamiento psicosocial a grupos familiares.
La primera
etapa en todo buen plan de tratamiento es la de cerciorarse, una vez más, que
el enfermo tiene la enfermedad que uno sospecha. Una vez que se ha hecho el
diagnóstico y documentado al enfermo se debe decidir si se lo maneja
ambulatoriamente o en el hospital. La decisión de donde llevar a cabo la
terapia depende tanto de la agudeza de la sintomatología psicótica, cuanto de
la dislocación social que están causando. Aun enfermos con comportamiento caótico
pueden ser manejados en la comunidad, si existen las facilidades adecuadas
(hospitales de día) o hay tolerancia familiar.
La segunda
decisión a tomar es si se va a medicar o no al enfermo. En general, es sensato
medicar a todos los enfermos, durante su primer episodio, desde que hay buena
evidencia que los neurolépticos controlan la enfermedad; en el caso de crónicos
en recaída, la decisión dependerá de si el ingreso se debe a una reactivación
de los síntomas psicóticos, a discontinuación de la medicación (una causa común
de recaídas) o a dificultades con la adaptación social que pueden estar
relacionadas a la presencia de síntomas psicóticos invalidantes, más bien que a
la reaparición de síntomas positivos. En éste último caso es mejor no medicar
al enfermo y observarlo por lo menos por una semana. Si se decide medicarlo, es
importante escoger el neuroléptico más adecuado.
Las drogas más
comunes y mejor conocidas son la clorpromazina, trifluoperazina, tioridazina y
flufenazina (o la tioxantina, de ésta última, el flupentixol). El haloperidol
es una butirofenona que debe usarse sólo en casos en los cuales las drogas
mencionadas no dan respuesta, o cuando no se pueden administrar por razones
idiosincráticas tales como alergias. La posología debe ser de acuerdo al peso y
edad del sujeto y también a su respuesta después de las primeras dosis. Un régimen
común con clorpromazina es de 100 miligramos tres veces al día (o los
equivalentes en el caso de las otras tres drogas mencionadas 5, 50, y 1
miligramo, respectivamente. La clorpromazina es la droga de elección, si la
sedación es una de las metas del tratamiento; si hay síntomas paranoides
marcados, la trifluoperazina da mejores resultados; si el enfermo está letárgico
y se requiere activación, la flufenazine o sus cóngeneres son preferibles.
Nunca se debe comenzar un tratamiento simultáneo con drogas anticolinérgicas
como el clorhidrato de biperideno o la prociclidina. Éstas se recetarán sólo si
el enfermo produce efectos colaterales de tipo extrapiramidal, y sólo por tres
días, al cabo de los cuales la droga protectora se debe descontinuar para ver
si los efectos colaterales recurren. Hipotensión e hipotermia son efectos
colaterales medicamentosos ocasionales en la persona adulta.
Si el enfermo
no responde a la dosis inicial, ésta se debe aumentar bajo estricto control médico,
y a veces se puede llevar, en el caso de la clorpromazina, a dos diarios en
dosis divididas. Si el cumplimiento del enfermo es inadecuado o está muy
paranoide, es mejor darlas intramuscularmente, por lo menos por los tres
primeros días hasta que se logre un estado manejable. Cuando se trata de un
segundo episodio y hay incumplimiento, es mejor transferir al enfermo a una
medicación de depósito tal como el decanoato de flufenazina o el flupentixol.
En estos casos se establecerá un régimen que ordinariamente sólo necesita 25
miligramos de la una, o 40 de la otra cada dos o tres semanas.
Si no hay
respuesta a la medicación en dosis altas es mejor, a veces, añadir la terapia
electroconvulsiva, particularmente en el caso de enfermos agitados, con síndromes
maniformes, severamente alucinados y catatónicos o enfermos con rasgos
depresivos y en peligro de suicidio. Cuando se comienza la terapia
electroconvulsiva es mejor reducir los neurolépticos ya que hay evidencia de
interacción negativa entre estas dos formas de tratamiento.
Las terapias
psicológicas y sociales deben comenzar desde el primer día. Aun si el enfermo
va a salir del cuadro completamente, se debe confrontar el estigma y vergüenza
causados por la enfermedad. Es esencial, también, entrevistar a los parientes
clave y evaluar los posibles precipitantes emocionales. Como se dijo
anteriormente, hay evidencia que las recaídas son mayores en hogares con alta
emocionalidad expresada. Si se identifican déficits atencionales o de memoria
se debe reentrenar al enfermo; si existen síntomas obsesivos, ansiedad
generalizada u otras complicaciones neuróticas, se escogerá los tratamientos
indicados; si el enfermo se deprime se utilizará los antidepresivos necesarios.
En un hospital
progresista el enfermo puede a veces encontrar la estimulación y apoyo
emocionales que la comunidad le niega. No debemos olvidar que las comunidades
rara vez quieren a sus enfermos de regreso, a menos que estén totalmente
recuperados. Es común que aquellos distritos liberales de clase media, que
normalmente pregonan la defensa del loco y atacan a los hospitales mentales,
sean los primeros en rechazar el pedido de psiquiatras de abrir un hogar grupal
en su jurisdicción. Basan el verdadero argumento público sobre la premisa
(falsa) de que los enfermos son un peligro social para sus niños (que nunca lo
son), cuando la razón es que el precio de la propiedad y cultura del barrio
decaerían si se les une un grupo de ex-enfermos.
COMPLICACIONES.-
Tener esquizofrenia incrementa su riesgo
de:
- Desarrollar un problema con el alcohol o las drogas, lo cual se denomina problema de abuso de sustancias. El consumo de alcohol u otras drogas aumenta el riesgo de reaparición de los síntomas.
- Enfermedad física: las personas con esquizofrenia pueden resultar físicamente enfermos, debido a un estilo de vida inactivo y efectos secundarios de los medicamentos. Una enfermedad física puede que no se detecte debido al poco acceso a la atención médica y a las dificultades para comunicarse con los médicos.
- Suicidio.- Los pacientes esquizofrénicos tienen un alto riesgo de suicidio. Aproximadamente el 30% hacen intentos y un 10% lo consuman.
- El riesgo de homicidio y otros actos violentos es el mismo que la población general. La incidencia de la esquizofrenia es de 0,3 a 0, 6 por cada mil habitantes.
- En Caso de no tratarse la enfermedad los pacientes pueden presentar complicaciones serias, que van desde el deterioro social y cognitivo hasta la muerte secundaria a algunos errores de juicio que cometen los enfermos. Aunque la esquizofrenia no tiene una curación específica y el tratamiento es sintomático, con los nuevos antipsicóticos los pacientes no requieren prácticamente de hospitalizaciones y pueden tener una vida muy cercana a lo normal. Es importante el trabajo conjunto con la familia para establecer una red de apoyo que ayude al paciente en los períodos críticos. El tratamiento psicoterapéutico ayuda en su rehabilitación y previene recaídas ya que favorece el apego al tratamiento farmacológico.
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte
con el médico si:
- Escucha voces que le piden hacerse daño a sí mismo o a los demás.
- Siente ganas de lastimarse a sí mismo o a los demás.
- Se siente desesperanzado y abrumado.
- Está viendo cosas que realmente no existen.
- Siente que no puede salir de la casa.
- No es capaz de cuidarse.
PREVENCIÓN.-
No existe ninguna forma conocida de
prevenir la esquizofrenia.
Los síntomas se pueden prevenir tomando
medicamentos. Usted debe tomarse el medicamento exactamente como se lo indicó
el médico. Los síntomas reaparecerán si usted deja de tomarlo.
Consulte siempre con el médico si está
pensando en cambiar o suspender los medicamentos. Acuda con regularidad al médico
o terapeuta.
CONCLUSIONES.-
ü La esquizofrenia es una enfermedad cerebral con base genética, cuya
presentación está modulada por factores psicológicos y sociales. La
sintomatología es variada y el pronóstico a veces sombrío. Hay tratamientos
adecuados para la enfermedad y hasta un 70% puede recuperarse. Los tratamientos
farmacológicos deben siempre combinarse con terapias psicológicas y sociales.
Mucho se necesita saber aún acerca de esta enfermedad; el clínico debe, por lo
tanto, dedicarse no sólo al manejo de estos cuadros, a veces terribles, sino
también a la búsqueda de nuevas formas de tratarla.
ü En los últimos años ha habido un avance marcado en la neuropsicología de la
esquizofrenia, particularmente en relación al déficit de atención, memoria y al
llamado sistema ejecutivo frontal. Las bases genéticas de estos tres déficits
permanecen obscuras; incluso, no se sabe cuál es su correlación con los síntomas
positivos y negativos de la esquizofrenia.